lunes, 23 de agosto de 2010

















































































































































































Este fin de semana fuimos en viaje de exploración a la Caldera del Sincholahua con los amigos de AAAbikers. El día fue bueno y no tuvimos mayores contratiempos. Claro que el Ñao nos guiaba con su GPS y cada uno con su altímetro calculaban el ascenso, en fin seguros en manos de la tecnología. La ruta discurre por bellos parajes que combinan los colores de una manera especial. Desde el amarillo intenso hasta el azul profundo pasando por verdes, grises y todo un arcoiris en el trayecto. Hacer estas rutas en esas condiciones es muy alentador y más si las realizas con AMIGOS como Fausto y Ñao. Los seis primeros kilómetros son de un ascenso moderado y casi es un paseo por una diversidad de sembríos. Después viene lo bueno. Un ascenso de otros seis o siete kilómetros pero en el páramo. Al final cuando se entra en un encañonado entre dos lomas gigantes el camino se tiende y el avance es más fácil. Salvo cuando existen vientos fuertes con barridas de arena y polvo. Éstos me pasaron factura y acabé con el ojo un poco estropeado. No me quedó otra opción que darle descanso y los compañeros culminaron el kilómetro y medio que nos faltaba para llegar al refugio de la Caldera del Sincholahua. Hubo momentos en que el camino casi nos hace renunciar hasta tal extremo que el Ñao insistía en que nos fuéramos a la casa. La insistencia de los Faustos nos hizo continuar y ahí tienen el resultado una ruta hermosa que volveremos a repetirla pero con una buenas gafas.